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Qué deben recordar los santos cada vez que comen carne
La palabra hebrea basár בשר
La palabra hebrea basár (בשר) proviene de una
raíz que tiene por significado frescura, y de esa raíz se derivan otras
palabras relacionadas que pretendían dejar una gran enseñanza de santidad para
todas las generaciones futuras. La primera palabra asociada es carne fresca, es
decir carne que tiene pocas horas de haberse sacrificado, de allí que el Eterno
no permite que sus siervos coman carne de animales que ya tiene varios días de
muertos, porque es carne mortecina e inmunda Lev 7:15-18. Esta palabra también
significa cuerpo, haciendo referencia al cuerpo de una persona Lev 6:10.
Adicionalmente significa pariente cercano tal como se usa en Lev 25:49.
¿Qué piensa usted cada vez que se sienta a comerse un
trozo de carne? Si usted es una persona consagrada, tal vez agradecerá al
Eterno aquel alimento tan apetitoso, pero el menos consagrado solo pensará en
el placer que le producirá comerlo y seguramente recordará momentos pasados
donde compartió un plato de carne con sus amigos, es decir, recordará fiestas
familiares, borracheras, momentos de placer, lujurias, desenfrenos, etc. De tal
manera, que en nuestra cultura, el comer un trozo de carne no traerá a memoria
algo que le acerque más a la santidad Lev 11:45. Por eso es importante, que
conozcamos que es lo que había en la mente de nuestros padres, cada vez que
ellos se sentaban a comer un trozo de carne, porque ese recuerdo era parte de
su cultura y era también lo que les acercaba más a la santidad. Daremos inicio
a esta enseña que nos fue revelada.
El Eterno en el principio de su creación estableció a
sus criaturas, estatutos relacionados con la alimentación, prohibiendo comer
carne en el huerto del Edén, tanto al hombre como a los animales Gén 1:29,
porque eso implicaba que ellos tendrían que matar para comer y en el huerto
estaba prohibido matar, porque era un lugar de paz y de vida. Más cuando el
hombre cayó en pecado, provino como consecuencia la maldición de la muerte “porque
el día que de él comiereis, ciertamente morirás” Gén 2:17. La solución para la
consecuencia generada por el pecado no era otra que la muerte misma, porque la
paga del pecado es la muerte Rom 6:23. El primer ser de la creación que murió
físicamente por causa del pecado, fue aquella criatura que mató el Eterno para
poder cubrir a Adán y Eva con sus pieles Gén 3:21. Aquel animal inocente tuvo
que morir para cubrir la desnudez de ellos causada por su pecado. Así fue como
Adán y Eva comenzaron a entender que la muerte aunque dolorosa, sería parte de
la solución del problema que ellos habían generado por su rebeldía Heb 9:22.
El Eterno enseñó a Adán después de haber pecado, que
era necesario semanalmente y durante cada
día de reposo, sacrificar un cordero como ofrenda por los pecados cometidos
durante la semana, porque la muerte de aquel animal sería el sustituto de ellos
por sus pecados y así el Eterno los justificaría y estarían libres de pecado,
es decir, el sistema de sacrificios para la expiación de los pecados no surgió
a partir de Moisés, sino a partir de Adán. Además una vez que ellos salieron
del huerto, el Eterno les permitió comer carne de los animales puros, para que
cada vez que lo hicieran recordaran esta importante enseñanza: en el futuro
para dar una solución definitiva al pecado de ellos (Adán y Eva) y de sus
hijos, el mismo Dios descendería de los Cielos, se haría carne (basár) naciendo
a través de uno de los hijos de Adán, con la finalidad de morir por los pecados
de todos, y así el mismo Dios sufriría la muerte por toda la humanidad y por
tanto ya no sería necesario que sus hijos sacrificaran animales para su
justificación, porque esa sería la muerte que pagaría todo el precio solicitado
por el Eterno por el pecado de la humanidad Heb 9:9-10, Heb 9:13-14. Cada vez
que nuestros padres mataban a un animal puro y comían de su carne, recordaban
esta gran verdad: que el mismo Dios se haría mortal como los hombres, vendría
en carne, viviría en pureza y moriría por la humanidad para salvarla Flp 2:5-11.
La palabra basár como consecuencia de su raíz
(frescura) también tiene por significado “noticia fresca”, es decir, un mensaje
nuevo al que es importante prestar mucha
atención por su importancia 1Re 1:42, Isa 52:7. El Eterno enseñó a nuestras
padres la siguiente costumbre santa: cada vez que recibieran mensajeros, tenían
que matar un animal y comer carne fresca, tenían que hacer de aquella visita un
momento especial y de celebración, porque en el futuro el mismo Dios los
visitaría y enviaría mensajeros para anunciarlo Gén 50:24, Zac 10:3. Nuestro
padre Abraham practicaba esta costumbre y así la enseñó a sus hijos Gén 18:1-8.
Esta costumbre santa los prepararía para que no menospreciaran su visitación,
sino que la aceptaran con alegría. El Eterno visitó varias veces a su pueblo:
en los días de Moisés para librarlo de la esclavitud y cumplir la promesa que
había hecho a Abraham nuestro padre Éxo 4:3, también en los días en que envió a
su propio hijo para que diera solución definitiva al problema del pecado Luc
1:68. Sin embargo, nuestros padres no
entendieron la importancia de esta costumbre santa y aunque seguían comiendo
carne, no recordaban esta importante enseñanza y por eso no entendieron el
tiempo de su visitación menospreciando al mismo Dios Luc 19:44 y matándolo en
la cruz.
1Re 1:42
Mientras él aún hablaba, he aquí
vino Jonatán hijo del sacerdote Abiatar,
al cual dijo Adonías: Entra,
porque tú eres hombre valiente, y
traerás buenas nuevas (basár).
Isa 52:7 ¡Cuán
hermosos son sobre los montes los pies del que trae alegres nuevas (basár), del que anuncia la paz, del que trae nuevas (basár) del bien, del que publica salvación, del que dice a Sion: ¡Tu Dios reina!
La palabra basár no
solo significa “nueva noticia”, también significa mensajero 1Sa 4:17, 2Sa 18:26,
haciendo referencia a los mensajeros que eran portadores de aquellos mensajes
nuevos. El Eterno con la costumbre santa de celebrar la visita de los
mensajeros matando un animal y comiendo de su carne, estaba preparando a su
pueblo para que recibieran a sus mensajeros o profetas que enviaría en el
futuro para preparar el camino del Señor y la venida de su Hijo a la tierra Mal
3:1.
1Sa 4:17 Y el mensajero (basár)
respondió diciendo: Israel huyó delante de los filisteos, y también fue hecha gran mortandad en el
pueblo;
2Sa 18:26 vio el atalaya a otro
que corría; y dio voces el atalaya al
portero, diciendo: He aquí otro hombre
que corre solo. Y el rey dijo: Este
también es mensajero (basár).
Adicionalmente, la palabra basár significaba
“anunciar” o “proclamar” 1Cr 16:23, Sal 40:9, Isa 40:9. Este otro significado
tenía como propósito enseñar a nuestros padres, que esa buena noticia (basár)
que traerían los mensajeros (basár) enviados por el Eterno, tenía que ser
proclamada o anunciada (basár) por aquellos que la escucharan al resto de su
pueblo, para que todos tuvieran conocimiento de su buena noticia (basár).
1Cr 16:23 Cantad a Jehová toda la
tierra, Proclamad (basár) de día en día su salvación.
Sal 40:9 He anunciado (basár)
justicia en grande congregación;
Nah 1:15 He aquí sobre los montes
los pies del que trae buenas nuevas, del
que anuncia (basár) la paz.
Celebra, oh Judá, tus fiestas,
cumple tus votos;
Isa 40:9 Súbete sobre un monte
alto, anunciadora (basár) de Sion; levanta fuertemente tu voz, anunciadora
(basár) de Jerusalén;
levántala, no temas; di a las ciudades de Judá: ¡Ved aquí al Dios vuestro!
Basár es una palabra de
género masculino, y la palabra correspondiente al género femenino es besoráh (בשורה), que significa una buena
noticia o buena nueva que merece recompensa para su mensajero 2Sa 18:22, 2Sa
4:10. La palabra “evangelio” es una palabra griega cuyo significado en español
es “buena noticia” o “buena nueva”. El equivalente al hebreo de la palabra
evangelio es besoráh (בשורה) y esta fue utilizada por nuestros padres en el
tiempo del antiguo pacto para hacer referencia a una buena noticia que merecía
una recompensa tanto para aquel que la daba como para aquellos que la
escucharan.
2Re 7:9 Luego
se dijeron el uno al otro: No estamos haciendo bien. Hoy es día de buena nueva (besoráh), y nosotros callamos; y si esperamos hasta el amanecer, nos alcanzará nuestra maldad. Vamos pues,
ahora, entremos y demos la nueva
en casa del rey.
2Sa 18:22
Entonces Ahimaas hijo de Sadoc volvió a decir a Joab: Sea como fuere, yo correré ahora tras el etíope. Y Joab dijo:
Hijo mío, ¿para qué has de correr
tú, si no recibirás premio por las
nuevas (besoráh)?
2Sa 4:10 que
cuando uno me dio nuevas, diciendo: He aquí Saúl ha muerto, imaginándose que traía buenas nuevas (basár), yo lo prendí,
y le maté en Siclag en pago de la nueva (besoráh).
Aplicación profética: Cada vez que
nuestros padres comían carne (basár) recordaban lo siguiente: el mismo Dios
vendría en carne (basár) para sufrir y morir por las consecuencias del pecado
de Adán y sus hijos y así traer salvación (ישׁוע) a la humanidad. Por esa razón,
en el futuro enviaría mensajeros (basár) que traerían una nueva noticia (basár)
que tendría que ser proclamada o anunciada (basár) a todos, para que así la
humanidad se enterara de esta buena noticia (basár). Esta enseñanza tenía como
propósito preparar a su pueblo para que el día de su visitación, recibieran a
sus mensajeros, su mensaje y su salvación. Esta buena noticia traería recompensa
(besoráh) para los mensajeros y para aquellos que recibieran el mensaje, pues
se convertirían en hijos de Dios Jua 1:11-12.
Ahora bien, el Eterno quiere que su remanente retome
nuevamente esta misma enseñanza, porque trae para esta generación una nueva
(basár) y buena noticia (besoráh), pues lo que fue buena noticia en el pasado
(evangelio), ya no es una noticia fresca o nueva en este tiempo. La nueva y
buena noticia (besoráh) que el Eterno trae para nosotros en esta generación, es
que nos visitará de nuevo, que está enviando nuevamente a sus mensajeros
(basár) para preparar el camino de la venida de su Hijo y con un mensaje nuevo
o fresco (basár) que debe ser escuchado y anunciado o proclamado (basár) a
todos. Este mensaje nuevo consiste en que el Eterno establecerá su reino en la
tierra comenzando por Venezuela Apo 11:15-16, que revelará sus leyes santas
para perfeccionar la santidad en sus santos y que limpiará la tierra a través
de diversos juicios, pero salvará a su remanente fiel que acepte y obedezca con
disposición todas sus enseñanzas.
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